Ángeles de la Creatividad


 Fundamentalmente, la CREATIVIDAD es un atributo divino. Los Atributos divinos fueron pensados, fueron concebidos, fueron manifestados por Dios desde el principio de todos los principios.  Por medio de los Atributos Divinos, Dios puede ser conocido, sentido y revelado como realmente es... Cada Atributo Divino se caracteriza por una energía sutil sublime, interminable, eterna, libre y omnipresente cuya frecuencia de vibración nunca cambia.  Los ángeles, por su propia naturaleza, están en comunión intensa, profunda, plena y perfecta, Dependiendo de sus afinidades, ciertos ángeles están en un estado de comunión profunda, plena, abrumadora y ejemplar con el Atributo Divino de la Creatividad Divina.
Es a través de la creatividad que aprovechamos el poder creativo que viene de Dios y así nos abrimos a las profundidades de nuestro propio ser donde descubrimos los talentos más ocultos con los que hemos sido dotados. 
La creatividad no es sólo el talento en un campo artístico, como la música, la pintura o la danza, como algunos creen erróneamente, ya que la creatividad es un concepto mucho más amplio porque es la capacidad de producir algo nuevo especialmente a través de medios imaginativos. Es lo que finalmente aporta una nueva y excepcional solución a un problema. También aporta un nuevo método o mecanismo, o un nuevo y valioso objeto artístico o forma de arte que es nuevo.
El estado de creatividad es, ante todo, un estado de fecundidad  "del alma", de resonancia con todo lo que es beneficioso en el universo. Con la ayuda de los ángeles podemos fructificar, sacar a la luz todas nuestras disponibilidades creativas poniéndonos al unísono con la fuente de la Creatividad Universal, con la Fuerza que dio origen a todo el Universo, a todo el Macrocosmos... Manifestando la creatividad en nuestras vidas tendremos el poder de reflejar permanentemente la belleza y el bien divinos en todas las acciones, gestos y actitudes que llevemos a cabo de forma asumida y consciente.
Así contribuiremos plenamente a crear un mundo mejor, más bello, más luminoso y más feliz.

Con la ayuda amorosa y desinteresada de los ángeles nos volveremos creativos en todas las dimensiones de nuestra vida, desde la forma de vestir, el arreglo de nuestra casa o jardín, hasta las manifestaciones artísticas refinadas y elevadas. De este modo, eliminaremos la rutina y la rigidez interior, estaremos más inspirados para transformarnos profundamente.
La creatividad se refiere a la extraordinaria riqueza de ideas y a la evidente originalidad del pensamiento. 
En esta presentación nos centraremos principalmente en el poder creativo de las palabras.
En el Génesis o Libro del Génesis se dice que Dios creó todo el Universo, todo el Macrocosmos a través de la palabra, más precisamente a través de lo que se llama el Logos Creador: "En el principio era la palabra, y la palabra estaba con Dios y Dios estaba con la palabra".
Estamos hechos a imagen y semejanza de Dios y en el microcosmos de nuestro ser este aspecto creativo se manifiesta en nuestra capacidad de crear el universo en el que vivimos, de ser co-creadores de nuestra propia realidad, de nuestro propio ser. 
Esta verdad también se desprende del siguiente diálogo del libro de Gita Mallasz "Diálogos con el Ángel:
"El ángel le pregunta: ¿Quién te creó?
Gitta responde: Dios.
El ángel le dice: Y su trabajo es sagrado. No sólo eres una criatura, sino que también participas de su poder. Tú también eres tu propia creación. ¡Así que entiendan! Has invocado y atraído tanto el bien como el mal. Elige el bien y el mal desaparecerá, porque no habrá nadie que lo cree".
El ángel nos revela un gran misterio y es que somos nosotros, y sólo nosotros, los que creamos tanto nuestro propio universo interior como nuestra realidad circundante, porque la forma en que estemos dentro de nuestro ser generará un determinado punto de vista con el que nos relacionaremos con otros seres humanos, con toda nuestra vida. 

El ángel nos revela que, fundamentalmente, el bien es la ausencia del mal. Al mismo tiempo, nos ayuda a comprender que el mal no ha sido creado por Dios, sino que es la ausencia del Bien de Dios.
Repito lo que dijo el ángel en pocas pero muy claras palabras que no dejan lugar a ninguna ambigüedad: "Elige el bien y el mal desaparecerá, porque no hay nadie que lo cree".
El poder creativo de las palabras se refiere tanto a las que se pronuncian en la comunicación con otros seres humanos, como a los diálogos que mantenemos con nosotros mismos dentro de nuestra conciencia.
Para averiguar cuáles son nuestras creencias más profundas (es decir, las que están en nuestro subconsciente y por lo tanto están más ocultas, no son obvias y claras para nosotros) es muy importante estar siempre atentos y vigilantes para analizar el contenido de los pensamientos que emitimos repetidamente en nuestra conciencia y las reacciones emocionales relacionadas con ellos, que surgen especialmente en situaciones de estrés, en algunas situaciones más difíciles o incluso límite a las que nos enfrentamos.
Es entonces cuando afloran esas creencias que tenemos.
Si vemos con lucidez y desapego que tenemos pensamientos como: los cercanos no me quieren, no me aceptan, no me aprecian - entonces notaremos que estos pensamientos determinarán un cierto punto de vista nuestro hacia la vida, hacia la realidad circundante.
No es tan importante averiguar si nuestra opinión es correcta. Por regla general, somos muy subjetivos, y esas percepciones a las que a veces damos un valor de verdad absoluto sólo pueden ser ciertas hasta cierto punto. Más allá de eso, no podemos cambiar a otras personas. Lo único que podemos hacer es cambiar nuestra visión de la realidad y la realidad cambiará.
Gracias a los avances de la ciencia, más concretamente de la neuropsicología, estas revelaciones también tienen una base científica. La neuro-plasticidad del cerebro humano o plasticidad neuronal son términos genéricos que describen el milagroso poder de transformación, regeneración, auto-curación y autosuperación que esconde el cerebro, el órgano más fascinante pero también el más confuso y menos conocido, cuyos misterios son difíciles de descifrar.
El cerebro humano, dicen cada vez más los neurocientíficos, es flexible, cambia continuamente a lo largo de la vida, es neuroplástico, se puede moldear -a costa de esfuerzos, es cierto, pero que están a nuestro alcance.
La neuro-plasticidad del cerebro humano es la expresión científica de algo que muchos consideran sólo un mito: que podemos ser cualquier persona que aspiremos a ser, que podemos cumplir nuestras aspiraciones, superar nuestros límites, si cultivamos cuidadosamente las creencias y convicciones adecuadas que nos apoyen en la consecución de nuestros ideales.
Así, se ha comprobado que aunque algunas neuronas mueren porque no se utilizan y aprovechan al máximo su capacidad (y no por el estrés, la vejez y la enfermedad), este fenómeno no es irreversible, porque aparecen otras nuevas, aunque en menor número, pero desarrollan nuevas formas de comunicarse, de conectarse con otras neuronas funcionales.
La aparición de nuevas conexiones está estimulada, en gran medida, por la aspiración del ser a progresar, a realizar diversas actividades, a crear, por su curiosidad, por su disponibilidad emocional, su voluntad y su pensamiento.
La neuro-plasticidad del cerebro humano significa que también podemos formar "vías neuronales" a través de nuestros pensamientos, mediante los que cultivamos con persistencia y convicción. Por eso es importante que estos pensamientos sean beneficiosos, creativos, estimulantes, que nos ayuden a descubrir la verdadera esencia de nuestro ser.
Al fin y al cabo, no es el cerebro el responsable de lo que somos, sino que nosotros somos responsables de lo que le pedimos, de lo que le inducimos, de los "caminos" (entre comillas) que le conducimos.
A principios de los años 90, el psicólogo Álvaro Pasqual Leone, profesor de la Facultad de Medicina de Harvard, y su equipo realizaron un experimento musical para demostrar cómo el pensamiento influye en la neuro-plasticidad del cerebro humano.
Estableció dos equipos de voluntarios para que aprendieran unos cuantos acordes en el piano, observando sus progresos mientras practicaban y el impacto de este aprendizaje en el cerebro.
Un equipo practicó tocando realmente el piano, y el otro equipo se puso en la situación de visualizar su piano tocando durante dos horas al día, cinco días seguidos, como el otro equipo, pero sin usar las manos.
Los escáneres cerebrales de cada uno de los participantes en el experimento mostraron que los del primer equipo tenían su área cortical motora (responsable de coordinar los movimientos) ampliada para tocar el piano, y los del segundo equipo tuvieron el mismo resultado, concluyendo que la visualización de un gesto tenía el mismo efecto en el cerebro que el gesto físico real. Así se entiende mucho mejor lo que dijo el genial físico Albert Einstein: "La imaginación creativa es mucho más importante que el conocimiento".
Por lo tanto, dado que otros experimentos han demostrado el mismo efecto, debemos tener cuidado con lo que pensamos, una afirmación que probablemente muchos de nosotros hemos escuchado con frecuencia pero a la que quizás no siempre hemos prestado suficiente atención.

Dependiendo de la naturaleza de nuestros pensamientos (beneficiosos o perjudiciales), se activan ciertas partes de nuestro cerebro, que luego dictan el tipo de emoción que sentimos.
Las implicaciones de este descubrimiento son enormes, porque debemos ser cada vez más conscientes de la responsabilidad que tenemos hacia nosotros mismos, hacia nuestros pensamientos y acciones, que están esencialmente ligados a nuestra visión del mundo, de la vida, y a nuestro comportamiento. 
Los grandes iniciados y los sabios saben desde hace miles de años que, más allá de las apariencias, nuestra vida está determinada, está escalonada, está ordenada, está estructurada por todo y todo lo que se desencadena en nuestro universo interior, en nuestra aura, por nuestros pensamientos e intenciones, que son predominantes. Por eso se ha dicho que siempre, sin excepción, somos y nos convertimos precisamente en lo que pensamos predominantemente, y entonces pensamos, sentimos y vivimos lo que hemos llegado a ser a través de nuestros pensamientos predominantes.

A continuación les presentaré una breve historia que ilustra estos puntos:
"Una mañana, un joven artista entra en una cafetería, emocionado porque le han contratado para pintar el retrato de un hombre rico dueño de una empresa de construcción. Mientras sorbía alegremente su café, vio que en la mesa de al lado había un periódico con el siguiente titular impreso en letras grandes: Vienen aguas duras. Empezó a pensar más y más en estas palabras.
El dueño del café pasó a saludarlo y, al verlo preocupado, le preguntó si había pasado algo. Me contestó con tristeza que tenía que irse, porque "vienen tiempos difíciles", así que se puso a trabajar en su puesto.
El jefe empezó a preocuparse de que tal vez "llegaran tiempos difíciles". Se preocupó cada vez más al pensar en las palabras del joven. Entonces llamó a su mujer para pedirle que no se enfadara, sino que cancelara el pedido del nuevo vestido porque era caro y se avecinaban "tiempos difíciles".
Llama a la tienda en la que encargó el vestido y pide al dueño que cancele su pedido. Se disculpó pero... "vienen tiempos difíciles" y necesita ahorrar dinero.
La propietaria no tuvo más remedio que cancelar el pedido, pero recordó haber oído en las noticias una vez que "vienen tiempos difíciles". Así que llamó inmediatamente a la empresa de construcción que había contratado para hacer una ampliación de la tienda. Le dijo al constructor que se retiraría del trabajo por el momento porque "se avecinan tiempos difíciles" y no podía asumir ese tipo de riesgo en este momento.
El constructor se entristeció al escuchar esta noticia, así que se apresuró a llamar al joven artista y le dijo que quería cancelar el encargo del retrato, ya que "los tiempos son difíciles" y no es un buen momento para gastar dinero en cosas artísticas.
Abrumado por el dolor, el joven artista aceptó con resignación la noticia de que acababa de ocurrir lo que había previsto. Triste, se dirigió a su café favorito para ahogar sus penas con un vaso de vino.
Al sentarse de nuevo en su mesa, vio el periódico con las palabras "Se acercan tiempos difíciles". Esta vez se levantó y cogió el papel para mirarlo más de cerca. La fecha del periódico fue hace siete años. Alguien había desempacado platos para el restaurante".

Nuestros pensamientos y la forma en que nos relacionamos con el mundo que nos rodea tienen una gran influencia tanto en nosotros como en los que nos rodean. Nuestro estado de ánimo puede influir en nuestro entorno y, a veces, de forma irreversible.
Por eso es aconsejable utilizar este poder para crear nuestra propia realidad sólo de forma beneficiosa, tanto para nosotros como para los demás.
Para conseguirlo, el primer paso es querer realmente cambiar nuestras creencias, las creencias erróneas de nuestra conciencia, que tienen consecuencias dañinas y destructivas tanto para nosotros como para los demás.
Recalco que es necesario quererlo de verdad, porque algunos psicoterapeutas han comprobado en las terapias que han realizado con diversas personas que sólo los que realmente querían curarse de ciertos problemas internos, emocionales etc. lo conseguían y otros no obtenían resultados.

Entonces observaremos con claridad y desapego la naturaleza y el contenido de nuestros pensamientos, verbalizados en palabras que decimos repetidamente, sobre todo cuando nos enfrentamos a ciertas situaciones estresantes, cuando somos llevados al límite, porque en estas condiciones es más fácil que afloren ciertas creencias que tenemos en nuestro subconsciente. Para ello es necesario prestar más atención a lo que ocurre en nuestro universo interior, para poder hacer las correlaciones necesarias entre los pensamientos que tenemos, las palabras que nos decimos, los estados de ánimo que tenemos, los comportamientos que se producen con los demás, etc. etc.
Podemos elegir un tiempo determinado para mantenernos en estrecha observación para tomar conciencia de todos estos aspectos, como un mínimo de 21 días o incluso más tiempo, según consideremos necesario.
Después de este intervalo elegiremos una de las creencias erróneas y perjudiciales que tenemos (he dicho una porque suelen ser varias) y la sustituiremos por la beneficiosa y creativa. 

La sustitución de una creencia perjudicial por una creencia beneficiosa puede hacerse siguiendo los siguientes pasos:
1) Realizamos la consagración a Dios Padre del camino de esta acción benéfica para crear una nueva fe benéfica en nuestra conciencia. Así seremos ayudados, apoyados, guiados por Dios Padre.
2) Invocamos la presencia de nuestro ángel de la guarda para que nos ayude, guíe e inspire en este empeño.
3) Manifestaremos una intención clara y firme de llevar a cabo esta acción benéfica de crear una nueva fe interior que sea beneficiosa.
4) Buscamos examinar con lucidez y desapego la creencia dañina que tenemos para acabar descubriendo que no tiene ningún fundamento real y que la hemos potenciado por nuestra ignorancia.
Así limpiaremos el jardín de nuestra alma, porque podremos arrancar esa "mala hierba", para que crezcan y florezcan las hermosas flores de nuestra alma, es decir, las nuevas creencias beneficiosas.
5) Diremos la afirmación que hemos elegido al menos 21 veces al día o 28 veces al día.
Diremos esa afirmación lentamente, conscientemente, como si cada palabra entrara por la coronilla de nuestra cabeza y se instalara en cada célula de nuestro cuerpo, llegando hasta el nivel del ADN. Estos pronunciamientos no se hacen mecánicamente, sino que por el contrario los haremos estando totalmente atentos, totalmente presentes y conscientes en esa acción.

Algunos ejemplos de afirmaciones beneficiosas:

Estoy constantemente abrazado/abrazada por Dios Padre.

Dios está conmigo en cada momento de mi vida.

Siempre estoy en armonía con los que me rodean.

Siempre estoy en la dicha celestial.

Siempre estoy radiante de salud.

Siempre estoy en el bienestar.
etc. etc.

6) Trataremos de actuar en base a nuestras nuevas creencias y afirmaciones de bienestar para hacer realidad esas palabras.
En otras palabras, también es necesario prestar siempre atención a nuestro comportamiento, a nuestra forma de actuar, porque el poder del hábito es grande y se necesita paciencia, buena voluntad, atención, esfuerzo y perseverancia para conseguir crear un nuevo hábito beneficioso.
Por eso he dicho desde el principio que es muy importante querer hacerlo de verdad. Sólo así movilizaremos todos nuestros recursos de forma ejemplar para actuar y tener éxito. 
Por ejemplo, si queremos estar perfectamente sanos, no bastará con pronunciar la afirmación benigna: "Siempre estoy radiante de salud", sino que será necesario actuar de forma creativa, de manera que sea posible recuperar o mantener la salud. En la medida en que esta preocupación por estar sanos esté presente, ciertamente nos inspiraremos en ello, se nos abrirán ciertas "puertas" a través de las cuales recibiremos ayuda, se manifestarán ciertas sincronías a través de las cuales sentiremos cómo la providencia de Dios nos ayuda en todo este proceso.  
Por eso los ángeles también nos ofrecen el siguiente consejo en el libro "Diálogos con los ángeles" de Gitta Mallasz:
"El ángel dice: Hablo del paso estrecho. Te paras - y te pararás muchas veces más. Y aquí está la causa: ¡tenga mucho cuidado! No hay fe sin acción. No hay acción sin fe. La fe no puede ser más que la acción. La acción no puede ser más que la fe, porque son UNA. 
El problema no es que tengas poca fe, sino que actúes demasiado poco, porque la fe sin acción no es realmente fe. Ya podrías estar haciendo mucho más. Tengan cuidado con lo que hacen. Seguís siendo cobardes, no por lo que creáis, sino por vuestra falta de acción", concluí la cita.
7) Manifestaremos un profundo estado de gratitud a Dios y a nuestro ángel de la guarda por su apoyo, inspiración y ayuda.
Repetiremos todos los pasos que sean necesarios. No se puede establecer un intervalo estándar porque depende de la propia concentración, atención, perseverancia y grado de participación consciente en todo el proceso de creación de una nueva fe beneficiosa.

"Las palabras más maravillosas que se han pronunciado en la tierra son: el Reino de Dios no viene como una apariencia externa. Tampoco puedes decir que está aquí o allá, porque he aquí que el Reino de Dios está dentro de ti. Cualquier reforma religiosa radical debe comenzar con estas palabras. ¿No debería empezar también desde aquí?". Lucian Blaga



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